En la noche de ayer los Cleveland Cavaliers cayeron derrotados en casa ante los Chicago Bulls. El mediocre registro de 3-3 no es una buena señal para unos Cavs que se pretenden candidatos al título de liga.
Primero hablemos de los Bulls. Chicago ya ha enfrentado a Cavs y Celtics, mostrando un rendimiento interesante, con una defensa activa, esfuerzo para disputar balones sueltos, aceptable rotación defensiva y un muy buen comienzo de Joakim Noah, principalmente en los tableros (promedia 10 rebotes con 3,4 ofensivos en poco más de 28 minutos) y en los bloqueos (2 por juego, incluido el de la victoria contra LeBron James.
Chicago puede mejorar, la mejoría debe enfocarse en su ofensiva (Salmons no está demostrando un rendimiento acorde a las espectativas promediando 11,2 puntos y lanzando 29,6% de campo y 19,2% de triples) y hasta aceitar un poco más la defensa, explorando la zona 1-2-2 o las dobles marcas sorpresivas en el poste o con la trampa de mitad de campo.
Además Chicago no tiene una amenaza de poste alto y tanto Salmons como Deng toman tiros sin sentido (que mayormente fallan y dejan la cancha abierta para el contragolpe). Pargo todavía no encontró el ritmo y en cuanto lo haga será un reemplazo de la energía que significaba Ben Gordon. Por el momento, Chicago no es un equipo triplero respetable: 15/64 con un 23,4% de eficacia.
¿Qué le sucede a Cleveland? Lo primero que se encuentra en el análisis de sus 6 juegos iniciales es que los nuevos fichajes no han entrado al equipo, la ausencia al principio de West resintió los esquemas ofensivos y no han lucido como la temporada pasada en la defensa.
Ilgauskas no ha tomado el tempo de su nuevo papel, saliendo desde la banca. Sus lanzamientos son a media y larga distancia, no cuenta con el tiempo para calentar motores (menos de 22 minutos por partido) y hasta ahora su rendimiento es muy flojo: 37,2% de campo, incluido su 0/9 contra Chicago y 1/15 sumando su juego ante Washington.
No todo es culpa de Zidrunas. Las derrotas contra Boston y Toronto expusieron una debilidad defensiva: Shaq y Big Z no pueden marcar el pick & roll, cosa que no podrán hacer tampoco en los playoffs. Sin Mo Williams, dependen en extremo de Delonte West para armar (quedó claro con su ausencia), Gibson no puede hacerlo y con LeBron haciendo de armador se estanca la ofensiva.
Parker, Moon y hasta el mismo O´Neal no han producido un impacto inmediato, al menos no positivamente. Shaq tiene números aceptables (11,8 puntos y 8 rebotes en 26,5 minutos) pero lanza 40,9% de libres. Parker no ha defendido en el nivel esperado aunque lleve un excelente 12/22 en triples. Moon lanza mal (35,3% de campo y 20% en triples) y aporta poco.
Creo que Cleveland necesita algo que no es fácil de conseguir: hambre. Los Cavs lucen como el equipo talentoso que alcanzó las Finales de Conferencia, pero limitado ante un rival más hambriento. El sacrificio, las ansias de revancha, la búsqueda de gloria no se notan en este equipo. Falta intensidad para cubrir las carencias (por ejemplo en los pick & roll), instinto para aplastar al rival. Esto se consigue al determinar la identidad del equipo y Cleveland carece de ella.
Veremos cuánto demora Mike Brown en establecer una identidad clara y definida. Si es que lo logra, pues el talento lo tiene.
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